Meditación basada en Isaías 49.1-7
Oye, ¿no lo escuchas? El Señor está llamando. Pero cambia de pensar "cuando está llamando". Dios no necesita esperar que crezcamos para hablarnos. Dios comienza a llamarnos desde antes de nacer, mientras aún estamos en el vientre materno.
Oye, ¿no lo escuchas? Dios no solamente nos llama, Dios nos nombra. Dios forma nuestras bocas para hablar la verdad que necesitan escuchar las naciones y los líderes políticos.
Oye, ¿no lo escuchas? Dios nos habla en sueños y visiones y susurra nuestro destino en nuestras almas. Si estamos alertas, escucharemos cual es nuestro propósito en el mundo.
Oye, ¿no lo escuchas? Muchas personas tienen sordera en el alma y fallan en comprender esos momentos donde Dios se cruza en nuestras vidas. Muchos jóvenes se preocupan por las muertes de sus amistades en las calles.
Oye, ¿no lo escuchas? Dios busca siervos y siervas con la disposición de llevar una causa divina. Las causas divinas pueden restaurar los desolados y los lugares rotos.
Oye, ¿no lo escuchas? Dios te llama . . .
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