Domingo de Paz con Justicia

"La paz" es uno de los grandes ideales de la humanidad, pero al mismo tiempo es uno de los más difíciles de conseguir y preservar. El siglo veinte estuvo plagado de guerras y revoluciones como nunca antes en la historia. Pero por desgracia, en este nuevo siglo ya hemos sido de testigos de intensos conflictos armados que parecen enrumbarnos hacia el mismo trágico destino.

En una situación de violencia y desespero es difícil entender el significado de la paz. Sin embargo, se hace necesario reflexionar sobre este tópico. En la Biblia, la paz es la condición ideal que Dios desea para todos nosotros y la meta por la que debemos luchar; es el alma de la visión y misión divinas (Is 2:4; 9:6-7; 11;6; Mi 4:1-4; 5:5). Pero ésta es mucho más que la ausencia de conflictos, la calma interna o los buenos deseos expresados en despedidas y saludos ("la paz sea" o "vaya contigo"; Gn 29:6; 1 S 1:17; Lc 24:36). Es más bien el shalom divino, es decir, la armonía, la plenitud, todo aquello que contribuye a la amistad, el bienestar común, la salud, la prosperidad, la seguridad y la felicidad (Gn 26:28-29; Nm 25:12; Is 32:17-18; 54:10). Aunque Dios es fuente última de este estado ideal de cosas (Job 22:21; Is 26:3, 12; Fil 4:7), es deber de los justos buscar el shalom (Sal 34:14; Za 6:16, 19). Cristo ofrece contentamiento y quietud al corazón (Jn 14:27; 16:33), él mismo es "la paz" y "el pacificador" de todos los pueblos (Lc 1:79; 2:4; Ef 2:14, 17), y todos los cristianos deben proclamar "las Buenas Nuevas de la Paz" (Hch 10:36; Ef 6:15).

Históricamente la Iglesia Metodista Unida se ha caracterizado por su compromiso con la paz mundial. El primer domingo después del día de Pentecostés es una oportunidad para continuar soñando y trabajando con Dios para que llegue ese día al final en la historia, en que todas las razas y culturas del orbe habrán de festejar la vida con su Creador. También la ocasión se presta para oponernos a la carrera armamentista, las invasiones colonialistas y las guerras civiles, propiciar la reconciliación y ayudar a crear una sociedad donde pueda disfrutarse de la vida abundante a la que cada ser humano tiene derecho.

Sugerencias litúrgicas

Puesto que la adoración jamás debe divorciarse del servicio a quienes sufren, para este domingo puede combinarse actos culturales con la militancia política. Los textos bíblicos, el sermón, los cantos y otros actos litúrgicos deben enfocarse en cómo lograr, modelar, defender y preservar la paz integral. No basta sólo con orar y discurrir sobre este tema; hay que actuar. Se puede mostrar un vídeo o clip de televisión o proveer información en el boletín sobre un conflicto armado en un país latino. Secciones claves de los "Principios Sociales" de El libro de la Disciplina de la Iglesia Metodista Unida pueden citarse. Como llamado al discipulado, la congregación podría firmar una resolución en contra de esa guerra con una exhortación a la reconciliación, la cual se enviaría a la Conferencia Anual. También puede contactarse a los congresistas para que se tomen cartas en el asunto. La protesta pacífica y organizada es una gran opción. Líderes y pastores deben dar el ejemplo, ayudando a otras organizaciones como voluntarios o enviando artículos o resoluciones a los medios de comunicación masiva. En Estados Unidos de Norteamérica gozamos de "un estado de derecho" que hay que aprovechar.

Llamado a la adoración.

Líder: El mundo en que vivimos sigue infectado de violencia impune y del uso salvaje de la fuerza militar. A diario escuchamos de agresiones, torturas, masacres y genocidios.

Pueblo: Por desgracia todos somos víctimas de conflictos causados por el colonialismo, las dictaduras y los gobiernos militares. Pero quienes más sufren son los pobres, las mujeres y los niños.

Líder: En nombre de la seguridad nacional, muchos países presupuestan cantidades exorbitantes de dinero para la compra de armas y la represión.

Pueblo: Las naciones poderosas hacen de esto un demoníaco negocio y legitiman invasiones en nombre de "la justicia" y "la libertad".

Líder: Mientras tanto muchas personas viven sin educación, empleo, vivienda, comida y salud. En condiciones de injusticia ningún pueblo sale adelante y sólo la salvación espera.

Pueblo: Pero Dios les ama y quiere su bienestar; es perfecta justicia y paz. Nos llama a crear un mundo de hermandad, prosperidad y felicidad.

Todos: Señor, ayúdanos a traer tu shalom al son del pregón: "¡Dichosos los pacificadores!"

Oración

La violencia en contra del semejante hace daño.
Hace de hermanos, enemigos, radicales extraños.
Lastima y ofende la estampa de nuestro Creador.
Crea un mundo de tinieblas, culpa, temor y dolor.
Dios de perfecta armonía, felicidad y plenitud.
Ayúdanos a llevar salvación e integral salud,
el divino shalom prometido a todas las naciones,
bienestar común, fiesta, Cristo, bendiciones.