Home CULTO DE LA SANTA COMUNIÓN PARA EL FIN DEL AÑO

CULTO DE LA SANTA COMUNIÓN PARA EL FIN DEL AÑO

ENTRADA Y ALABANZA

SALUDO

La gracia del Señor Jesucristo sea con ustedes.
Y también contigo.
El Cristo resucitado está con nosotros.
¡Alabemos al Señor!

HIMNO DE ALABANZA – Sugerencias – MVPC:

10 Tu pueblo jubiloso 368 Oh, nuestro Padre, nuestro Dios
16 Te loamos, oh Dios 369 Al umbral de un nuevo año

ORACIÓN DE ADORACIÓN

Se hace la siguiente oración u otra similar:

Dios todopoderoso, para quien todos los corazones están abiertos,
todos los deseos conocidos y ningún secreto encubierto,
purifica los pensamientos de nuestros corazones por la
inspiración de tu Santo Espíritu, para que podamos
amarte plenamente y alabar dignamente tu santo nombre,
por Jesucristo nuestro Señor.

ACTO DE ALABANZA O SALMO

Se puede tener música especial, o la lectura de un salmo. Sugerencias:

Salmo 90:1-12; Salmo 103:1-18

TESTIMONIOS

Se dará oportunidad a la congregación para testificar y dar gracias
por las bendiciones recibidas durante el año.

LA PROCLAMACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS
Y LA RESPUESTA DEL PUEBLO

ORACIÓN PARA RECIBIR ILUMINACIÓN

Oh Dios, abre nuestros corazones y mentes con
el poder de tu Santo Espíritu, de tal manera que,
al leer las Escrituras y al proclamar tu Palabra,
podamos oír con gozo lo que tú nos dices hoy,
y así ser formados por tu santa Palabra. Amén.

PRIMERA LECTURA – Ver el Leccionario Común Revisado, pág. 108.

HIMNO Al umbral del año, o Un nuevo año (Ver págs. 273 y 272)

SEGUNDA LECTURA – Ver el leccionario.

SERMÓN

AFIRMACIÓN DE FE – Credo con las palabras de San Juan, MVPC, pág. 68.

ORACIONES DE GRATITUD Y DE PETICIÓN

Quien oficia, o espontáneamente por miembros de la congregación, se pueden dirigir oraciones breves de gratitud y de petición. Después de cada oración, la congregación responderá: «Señor, escucha nuestra oración». Tambien se puede usar una letanía de intercesión y petición, o se puede ofrecer una oración pastoral.

CONFESIÓN Y PERDÓN

Cristo nuestro Señor invita a su mesa a quienes le aman, a quienes verdadera y sinceramente se arrepienten de sus pecados y procuran vivir en paz y amor con su prójimo. Confesemos, por lo tanto, nuestro pecado delante de Dios, en presencia los unos de los otros:

Dios misericordioso, confesamos que no te hemos amado de todo corazón, y con frecuencia no hemos sido una iglesia fiel. No hemos cumplido con tu voluntad, hemos violado tu ley, nos hemos rebelado en contra de tu amor, no hemos amado a nuestro prójimo y no hemos escuchado la voz del necesitado. Perdónanos, buen Dios, te lo rogamos. Libéranos para que te sirvamos con gozo, mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Todos oran en silencio.

Escuchen las buenas nuevas:

«Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aun pecadores,

Cristo murió por nosotros» (Romanos 5:8).

¡En el nombre de Jesucristo son perdonados!
¡En el nombre de Jesucristo eres perdonado(a)! Gloria a Dios. Amén.

SALUDO DE PAZ

Se intercambian expresiones de la paz de Dios.

OFRENDA

Mientras se recibe la ofrenda, se puede tener música especial. Las personas previamente designadas traen los elementos para la Comunión junto con las ofrendas a la mesa del Señor. Si estos ya han sido colocados previamente, entonces se descubren en este momento. Mientras se llevan las ofrendas a la mesa, se puede cantar un himno o una doxología.

Sugerencia: MVPC: 322 Te ofrecemos, Padre nuestro

ACCIÓN DE GRACIAS Y LA SANTA COMUNIÓN

LA GRAN ACCIÓN DE GRACIAS

El Señor sea con ustedes.
Y también contigo.

Eleven sus corazones.
Los elevamos al Señor.

Demos gracias al Señor nuestro Dios.
Es digno y justo darle gracias y alabarle.

Es verdaderamente digno y justo darte gracias en todo tiempo y en todo lugar, Dios todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Tú nos creaste a tu imagen y semejanza y nos diste vida con tu aliento. Cuando nos apartamos de ti y te olvidamos, tu amor permanece inmutable. Tú nos libraste del cautiverio, hiciste un pacto para ser nuestro Dios soberano y nos hablaste por medio de tus profetas. Tú eres el creador del tiempo, eres el Alfa y la Omega. Tú eres desde antes del principio del tiempo y serás después del fin del tiempo. Tú eres el Dios de ayer, de hoy, ¡y del futuro! Así como llamaste a Abraham, a Moisés y a Rut del pasado al futuro, así también nos llamas a nosotros de un momento que se acaba a un momento que está por venir. Oh Dios, confiamos en que tú seguirás siendo nuestro pastor y guía en este año que comienza.

Por tanto, con ángeles y arcángeles y con toda la compañía del cielo, alabamos y magnificamos tu glorioso nombre, ensalzándote siempre y diciendo:

Santo, santo, santo, Señor Dios de los ejércitos.
Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria.
¡Gloria sea a ti, oh Señor altísimo! Amén.

Santo eres tú y bendito es tu Hijo Jesucristo, al que ungiste con tu Espíritu para predicar buenas nuevas a los pobres, sanar a los quebrantados de corazón, proclamar libertad a los cautivos, dar vista a los ciegos y poner en libertad a los oprimidos; para proclamar el año agradable del Señor. El sanó a los enfermos, dio de comer a los hambrientos, comió con los pecadores, y apuntó a un futuro nuevo al proclamar el reino de Dios.

Mediante el bautismo de su sufrimiento, muerte y resurrección, diste nacimiento a tu Iglesia, nos liberaste de la esclavitud del pecado y de la muerte, e hiciste con nosotros un nuevo pacto mediante el agua y el Espíritu. Cuando el Señor Jesús ascendió a los cielos, prometió estar siempre con nosotros en el poder de tu Palabra y de tu Santo Espíritu. Y es por medio del Espíritu Santo que vivimos en el tiempo de Dios.

El Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió y dijo: «Tomad, comed, esto es mi cuerpo que por vosotros es partido: haced esto en memoria de mí». Asimismo, después de haber cenado, tomó también la copa diciendo: «Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebáis, en memoria de mí» (1 Corintios 11:23-25).

Por eso, recordando la gran misericordia que has mostrado en Jesucristo, te rogamos aceptes este nuestro sacrificio de alabanza y acción de gracias junto con el sacrificio de Cristo por nosotros, y así nuestras vidas proclamen el misterio de la fe:

Cristo ha muerto; Cristo ha resucitado; Cristo vendrá otra vez.

Derrama tu Santo Espíritu sobre quienes estamos aquí reunidos y sobre estos dones de pan y vino; haz que sean para nosotros el cuerpo y la sangre de Cristo, para que redimidos por su sangre nosotros seamos el cuerpo de Cristo para el mundo.

Mediante el poder de tu Espíritu, haznos uno con Cristo, uno con los demás y uno en la obra del ministerio a todo el mundo, hasta que Cristo venga en la victoria final y todos podamos participar en el banquete celestial. Confiando en el Cristo resucitado y en la presencia de tu Santo Espíritu, terminamos este año con gratitud y principiamos el año nuevo pidiendo que nos bendigas y nos ayudes a ser fieles discípulos y discípulas de nuestro Señor, Cristo Jesús. Mediante tu Hijo Jesucristo, con el Espíritu Santo en tu santa Iglesia, a ti sea todo honor y gloria, Dios omnipotente, ahora y siempre. Amen.

EL PADRENUESTRO

SE PARTE EL PAN

Quien oficia parte el pan en silencio, o dirá:

Porque hay un solo pan, así nosotros siendo muches, somos un cuerpo en Cristo y todos miembros los unos de los otros, pues todos participamos de aquel mismo pan. El pan que partimos es la comunión del cuerpo de Cristo.

Quien oficia levanta la copa en silencio, o dirá:

La copa por la cual te damos gracias es la comunión en la sangre de Cristo.

Oh Cristo, Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Oh Cristo, Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Oh Cristo, Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos tu paz. Amén.

SE COMPARTEN EL PAN Y LA COPA

Mientras la congregación recibe el sacramento, se pueden cantar himnos de comunión. Ver MVPC: 316-327.

EL COMPROMISO Y LA DESPEDIDA

ORACIÓN CONGREGACIONAL

Dios eterno, te damos gracias por este misterio santo en que te has entregado a nosotros. Concede que podamos vivir en este nuevo año con el poder de tu Espíritu. Ayúdanos para que, con gozo, tomemos el yugo de obediencia y busquemos hacer siempre tu voluntad. Señor, te pertenecemos. Empléanos para lo que tú quieras, en el lugar en que tú quieras, sea para cumplir alguna tarea o para llevar algún sufrimiento, para ser utilizados o ser dejados por ti, ya sea en abundancia o en necesidad. Libremente y de todo corazón nos sometemos a tu voluntad.

Y ahora, al glorioso y bendito Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, pertenecemos en amor y lealtad. Así sea. Y el pacto que hicimos sobre esta tierra sea ratificado en los cielos. Amén.

HIMNO 337 Pues si vivimos

Durante el canto la congregación puede formar un círculo alrededor del santuario, o pasar al altar para unos momentos de oración, y así recibir la bendición.

BENDICIÓN

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