Regocijaos en la Adoración - La niñez y su jornada espiritual

El fundador del movimiento metodista, Juan Wesley, le dio un lugar muy importante al acto de adoración. Wesley tenía un concepto bien claro de lo que debe ser la verdadera adoración, y lo que se espera de los congregantes al reunirse para adorar.

Los niños en la vida de la congregación son elemento muy importante, ya que serán los líderes de la iglesia en el futuro. Consecuentemente, una buena base espiritual para la niñez es de suma importancia. Es entonces la responsabilidad de los padres y miembros de la congregación instruir a los niños y niñas desde una edad pequeña, enseñndoles la importancia de la adoración en compañía de la comunidad de fe, o sea la iglesia...

Instruye al niño en su carrera:
aun cuando fuere viejo no se apartará de ella (Proverbios 22:6).

Debemos enseñar a los niños y niñas que es a través de la adoración celebrada en la comunidad de fe que recibimos el amor de Dios, el cual debemos compartir con nuestro prójimo. Hay que enseñarles que Dios nos habla y nos prepara a través de la oración, el estudio de la Biblia, el compañerismo con la comunidad, y a través de nuestro servicio a otros.

Hay que recordarle a la niñez que, así como Dios ha preparado un lugar especial para ellos, la iglesia también continúa demostrando expresiones de amor y de apoyo, proveyendo oportunidades para su participación en la vida de la iglesia. Esto ayudará al niño o niña a sentirse parte íntegra de la familia de Dios.

Es importante que los niños comprendan el significado de los sacramentos de Bautismo y Santa Comunión. Estas enseñanzas se pueden llevar a cabo durante sesiones de entrenamiento para la confirmación. Allí se puede afirmar que el bautismo es un regalo de Dios; una relación personal entre Dios y la persona, pero al mismo tiempo, un acto público en el cual la congregación participa. Durante el bautismo de niños e infantes, los padres y la congregación prometen instruir al niño o niña en la vida cristiana. En estas sesiones para confirmación, los niños también pueden aprender que a través del bautismo llegan a formar parte de la familia de Dios.

Hay que enseñar a los niños que la Santa Comunión es una celebración del amor de Dios que nos recuerda del sacrificio de Jesucristo y su redención por nosotros...Jesús dijo: "Yo soy el pan de vida: el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás" (Juan 6:35); que la Comunión es un acto de compartimiento en la mesa del Señor con el resto de la comunidad, y tiempo para celebrar la presencia activa de Dios en nuestro medio y de ofrecer nuestras vidas a Dios. Sobre todo, es un mandato: . . . Haced esto en memoria de mí.

Es bueno que la niñez participe en el sacramento de la Santa Comunión desde una corta edad junto con sus familias. Al venir a la mesa del Señor, es importante que los niños comprendan qué significa ser "hijos e hijas de Dios." Como parte de la familia de Dios, los niños y niñas pueden experimentar una adoración completa y significativa, siempre y cuando el testimonio de los líderes y miembros de la iglesia sea real, el cual trascienda las experiencias de la adoración.

Clara Visot, miembro del laicado de la Iglesia Metodista Autónoma Afiliada de Puerto Rico. Sirvió como presidente del Comité de Adoración, Conferencia de la Florida. Laboró extensivamente con la organización de Mujeres Metodistas Unidas, trabajando con el Comité de Adoración jurisdiccional y en las Escuelas de Misión Cristiana a nivel jurisdiccional. Clara Visot pasó sus últimos años de vida en San Juan, Puerto Rico. Falleció el 14 de noviembre del año 2000.