El Adviento
El Adviento es una temporada llena de luces: luces de Navidad decorando plazas, centros comerciales y nuestros propios hogares. Aún así, la luz que más celebramos en esta temporada es la del advenimiento de Jesús.
Estas ceremonias de Adviento no solamente consagran una vela o un símbolo, sino que nos ayuda como adoradores y adoradoras el relacionar el tema de cada semana de una manera muy personal, con la esperanza de que el significado de cada semana nos lo llevemos el resto de la semana y el resto de la temporada.
Existen muchas tradiciones, leyendas y costumbres en torno a las velas de Adviento, sin ningún consenso en lo que probablemente sea "teológicamente correcto." Usualmente hay cuatro velas en círculo simbolizando el amor eterno de Dios. En el centro del círculo hay una vela mayor — la vela de Cristo — la cual se enciende en víspera de Navidad o después de Navidad.
Las velas púrpuras nos recuerda la realeza de Jesús, mientras que la vela blanca nos recuerda su pureza.
El simbolismo — o mejor aún, la actualidad que le damos a esa luz — se hace más significativo cuando vemos las velas encendidas, alumbrando no solo el santuario, sino también los días más oscuros, tan propios de diciembre.
Entendiendo que las velas no son patrimonio eclesiástico de ninguna iglesia ni patrimonio denominacional de ninguna denominación podemos afirmar que mientras cada vela se encienda, y el santuario se haga más brillante, y las Escrituras sean leídas — llenas de promesas y esperanza — la luz de Cristo se encenderá en medio nuestro.
A continuación les estamos compartiendo las lecturas para esta época de Adviento (Año C), junto a unas lecturas alternadas y cortas meditaciones sugeridas. Esperamos las disfruten y se edifiquen esperando al Emanuel.
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